Las cebollas están llenas de quercetina y compuestos de azufre, que ayudan a proteger el cuerpo del daño causado por moléculas dañinas llamadas radicales libres. Estos compuestos también ayudan a reducir la inflamación, manteniendo el cuerpo saludable. La quercetina es un poderoso ingrediente natural que se encuentra en las cebollas. Tiene propiedades antiinflamatorias, antivirales e incluso anticancerígenas. También ayuda a reducir la presión arterial, mejorar la salud del corazón y fortalecer el sistema inmunológico al reducir las reacciones alérgicas y la inflamación. Dado que las cebollas son ricas en antioxidantes, ayudan a proteger el cuerpo de enfermedades graves como el cáncer, la diabetes y los problemas cardíacos.
Las cebollas son excelentes para la salud del corazón, ya que ayudan a reducir la presión arterial y los niveles de colesterol, lo que puede disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Las antocianinas que se encuentran en las cebollas rojas y moradas no solo les dan su color intenso, sino que también ayudan a proteger el corazón, prevenir el daño celular y combatir la inflamación. Las cebollas también apoyan al hígado, ayudando al cuerpo a eliminar toxinas dañinas de forma natural. La quercetina y los flavonoides en las cebollas son especialmente beneficiosos para las personas con artritis y enfermedades autoinmunes, ya que ayudan a reducir la inflamación. Además, los antioxidantes en las cebollas trabajan para reducir el colesterol malo (LDL), mejorar la circulación sanguínea y prevenir coágulos, todo lo cual contribuye a un corazón más saludable. Incluir cebollas en tu dieta es una manera fácil de mejorar la salud general y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Ricas en vitaminas C y B6, que promueven la producción de colágeno y el crecimiento del cabello. Las cebollas contienen azufre, un nutriente clave que impulsa la producción de queratina, una proteína esencial para el crecimiento y la fuerza del cabello. Los compuestos de azufre y la quercetina en las cebollas también ayudan a eliminar las bacterias que causan acné y a reducir la inflamación de la piel. Aplicar jugo de cebolla puede ayudar a secar los granos, reducir el enrojecimiento y prevenir los brotes. Los flavonoides y compuestos de azufre en las cebollas ayudan a eliminar toxinas de la piel, haciéndola lucir clara y radiante.
Aunque las cebollas son generalmente seguras y beneficiosas para la salud, debes consultar a un médico antes de consumirlas en grandes cantidades. Evita las cebollas crudas si tienes acidez. Las cebollas contienen compuestos de azufre que actúan como anticoagulantes naturales y pueden aumentar el riesgo de sangrado cuando se toman con medicamentos anticoagulantes como la aspirina. Las cebollas reducen naturalmente los niveles de azúcar en la sangre, lo que puede ser arriesgado para quienes tienen hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en la sangre) o toman medicamentos para la diabetes (insulina, metformina, etc.).